La evolución social actual nos permite y exige a los ciudadanos de la verdadera democracia, sugerir transformaciones y cambios de las estructuras, normativas básicas de nuestro país, sin apartarnos de nuestras costumbres y tradiciones como argentinos. Es por ello que se nos hace una obligación sugerir, a mis casi 94 años de edad, formas, maneras y métodos para las elecciones de nuestros gobernantes, alejándonos de estructuras y normativas sociales perimidas que llevaron a nuestro país a pasar de ser los primeros graneros y sextos en economía en el mundo, a uno de los peores.
No me cabe la menor duda de que el procedimiento actual para elegir nuestros gobernantes, según sus distintas filosofías partidistas, nos condujo a una verdadera calamidad, porque esas formas de elección de los gobernantes, no coinciden con las evoluciones. Si para ser médico, abogado, carpintero o cualquier profesión u oficio se tienen que estudiar programas específicos de sus labores a realizar, ¿por qué no se debería exigir que estudien quienes tienen que gobernar nada más ni nada menos que nuestro país?
Hoy para lograr esos cargos alcanza con tener esas supuestas ideologías políticas partidistas, pero por suerte la realidad nos demuestra todo lo contrario. Se debe exigir idoneidad y capacitación, como a cualquier persona se le exige para hacer sus labores específicas, y así poder elegir candidatos con profundos conocimientos académicos de sus funciones a desempeñar, y no como en la actualidad donde solo se requiere pertenecer a esas determinadas filosofías políticas partidistas. Si no se producen los cambios y modificaciones sugeridas, seguiremos recibiendo “pan para hoy, hambre para mañana”, como la misma realidad nos viene demostrando.
El día que en nuestro país se adopten métodos y procedimientos similares a estas sugerencias, estaremos en verdadera sintonía con nuestra evolución social actual. Luego de ser elegidos los postulantes, sean estos 30, 50 o 100 para ocupar cada cargo, se tendrán que elegir en elecciones democráticas y libres, y los más votados serán quienes nos gobernarán, ya sea como presidente, gobernadores, intendentes, y fundamentalmente, los legisladores.
Seguro estoy que de esta forma terminaríamos definitivamente con las confrontaciones y líos que lo único que logramos es estar como estamos, de ser los mejores a los peores, siendo que nuestro país tiene todo lo que se necesita en el mundo para así lograr el bienestar general.
Se debería terminar con las normativas sociales de la politiquería, que como un verdadero germen patógeno se instaló en la sociedad y nos condujo a las confrontaciones y desencuentros que hemos padecido. Pensemos que en democracia y respetando nuestra Constitución Nacional el país puede llegar a ser nuevamente como en la década del 40, uno de los mejores.
A modo de reflexión podríamos decir que nadie se operaria de apéndice o del cerebro, por mas buena persona que sea, con un carpintero o un lechero, entonces ¿por qué no exigirles idoneidad académica a todos nuestros futuros gobernantes?
Esperemos que en un tiempo no muy lejano nuestros gobernantes sean elegidos entre los que más idoneidad tengan en sus funciones para conducir nuestro país más allá de esas filosofías retrógradas de la politiquería, poniéndonos en línea con la verdadera democracia de la solidaridad global y no grupal, que se transforman en verdaderas corporaciones monopólicas.
Para concluir, sostenemos, basta de discusiones intestinas y de anclarnos en filosofías de la politiquería retrógrada; pensemos en la Patria, que merece gobernantes con idoneidad académica para cada uno de los cargos de los conductores del país, aprendamos a escuchar opiniones disidentes.-