EL PROGRAMA PRESENTADO EN ORGANISMOS OFICIALES ES EL PRIMERO PARA LA FORMACIÓN DE ODONTÓLOGOS FORENSES, DEBIDO A QUE NO EXISTÍA LA CARRERA PARA DICHA ESPECIALIDAD
Rememorando
la creación de la Policía Científica o
Judicial de la Provincia de Córdoba, se crearon cargos que fueron ocupados por
los administrativos existentes que tenían alguna especialidad en ciencias
médicas, radiología, fotografía, etc. Estos mismos fueron llevados a concurso y
de esa forma se elegían los más capacitados, en especial los médicos que debían ser forenses. Al poco tiempo de funcionar la unidad científica se vieron en la
obligación de convocar odontólogos que tuvieran conocimientos en el área
forense.
Así fue
como, por ser el profesor de la cátedra de Odontología Legal, Historia de la
odontología y Economía Odontológica; y dictar la materia sobre Constitución
Nacional, quien les escribe Prof. Dr. Héctor Ceppi, fui convocado como perito
en más de una oportunidad. Siendo que la especialidad de Odontología Forense no
existía en el país, era la persona más indicada para casos especiales; entre
ellos el caso de los restos humanos encontrados en el Dique San Roque (Carlos
Paz – Córdoba), donde formaron equipos multidisciplinarios de trabajo, y hasta colaboraron
antropólogos de norte América.
Tal es así,
como debido a los numerosos casos que no llegaron a dilucidar su
identificación, decidieron incorporarme en la institución con dos objetivos: El
primero, sacar casos acumulados, de los cuales algunos llegaron a los 114 días
sin identificar (Ver caso CASO RESTOS HUMANOS DIQUE SAN ROQUE ). En esos
momentos en Córdoba, el Dr. Eduardo César Angeloz era el gobernador, el Dr. Luis A.
Saavedra oficiaba de fiscal general del la provincia, y el Dr. Roberto Loustau
Bidaut como presidente del superior tribunal de justicia. A quienes el Dr.
Americo Martí se dignó a enseñarles mis notas, transmitirles mis conocimientos
y afectos al respecto, cosa que no era necesaria, ya que por desgracia me
conocían por el caso de mi hija Gabriela (Ver Notas adjuntas).
En aquel entonces, el Dr. Angeloz y otros habían sido imputados en el caso del Banco Social, y uno de los
jueces actuantes en el caso fue el Dr. Pastrello, quien era papá del odontólogo
recién egresado, a quien decidieron dar el nombramiento que anteriormente me
habían propuesto. No obstante, mientras el odontólogo Pastrello estaba en
funciones hicimos trabajos juntos (ver Caso Fonseca), y después como perito de
parte propuesto por la Dra. Elda Martinez de la comisión de derechos humanos y
la secretaria general del gremio de judiciales, en otros casos, también tuvimos
la oportunidad de trabajar juntos (ver caso Andrada y Ripa).. Y el segundo, formar odontólogos con conocimientos forenses y
judiciales. Para este último, diseñé un programa con 25 bolillas teóricas y 14
prácticas, este misma daba la oportunidad de esa capacitación a los odontólogos
que ya trabajaban en la policía administrativa (Ver Notas adjuntas).
Entonces, con fecha del 28 de
noviembre, por medio de una nota, se me propone ante las autoridades
superiores, para mi incorporación a la fuerza. Y el 28 de diciembre de 1992,
les hice llegar por medio escrito, al entonces director de la Policía Judicial,
Dr. Carlos Ruiz, haciendo referencia como disertante en las "Primeras Jornadas Provinciales de Criminología y Ciencias Afines" que organizara como coordinador general en Alta Gracia el Prof. Dr. Eduardo Castillo Páez.
Lo cierto de todo lo apuntado es que el lugar
indicado para el odontólogo forense es en policía judicial, porque nosotros
según los casos actuábamos “ya y ahora” como lo demanda la justicia. Hasta me
han convocado a través de la televisión (Ver CASO OMNIBUS INCINERADO DE RIO CUARTO). Es necesario dar a conocer que en ninguno de los casos requeridos a la
identificación de personas nunca cobré un peso, por promesa a mi hija y
gratitud a la policía de investigación, a la cual me une una amistad hasta hoy
con el comisario Carlos Campos y su colaborador Ponce.
Sí, he
cobrado casos en lo civil y laboral, y el dinero lo he empleado para poder realizar los trabajos en computación. Los gastos de las investigaciones, viajes
y fotografías los cubría de mi bolsillo; y lo que era impresión a color de
fotografías me las hacía el hijo del Dr. Cámara hijo que trabajaba en la morgue
o Instituto de medicina forense. Para cubrir los gastos alquilaba autitos
a batería en la plaza Lavalle, en una
primera instancia y luego en la plaza Alberdi en General Paz, a donde me
supieron ir a buscar en algunos casos el Dr. Jodano Vini, médico forense de Policía
Judicial, y el Dr. Jodar, como director de la morgue de la ciudad de Deán Funes.
Para
reflexionar, al odontólogo Pastrello, luego lo trasladaron a la morgue y después
pasó a tribunales, es decir no, solamente se formaron entonces odontólogos forenses
sino que cada vez más lejos está de actuar “ya y ahora” como debe ser.
Años después
se creó en Tucumán la carrera de especialista en odontología forense cuya
directora era la Dra. Fernández. Entonces profesora de Odontología Legal de la Facultad
de Tucumán. En la actualidad no se hacen cursos de posgrado en la Facultad de Odontología
y en el Instituto de Pericias Odontológicas a cargo del Prof. Dr. Ricardo Fonseca,
que en la actualidad se radicó en Temuco, Chile. Cabe resaltar que la formación
de odontólogos forenses se capacitan a través de la Sociedad Argentina de
Odontología Legal (SADOL) y (SOFIA) Sociedad de Odontoestomatólogos de Latinoamérica,
de las cuales yo fui uno de sus fundadores.
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